En 1917, Elsie Wright, de dieciséis años, tomó la cámara fotográfica de su padre y, junto a su prima Frances Griffith que apenas tenía diez años de edad, realizó dos fotografías en el arroyo que corría cerca de su casa en Cottingley, Inglaterra.
Cuando el padre de Elsie, Arthur Wright, reveló las instantáneas vio que las niñas posaban junto a un grupo de pequeñas hadas. Inmediatamente les prohibió usar la cámara. Sin embargo, su esposa, Polly Wright, que estaba muy interesada en el ocultismo creyó en la autenticidad de las fotografías y el asunto se hizo público gracias a ella.
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Frances Griffith acompañada de hadas. Primera de las fotografías tomadas |
En 1919, la señora Wright acudió a una reunión de la Sociedad Teosófica de Bradford cuya conferencia de esa noche trataba sobre las hadas. Polly Wright mencionó a las personas sentadas a su lado que su hija y su sobrina habían fotografiado hadas. El asunto de esta conversación llegó más tarde a oídos del líder teosofista Edward Gardner quien, tras ver las fotografías, las consideró auténticas.
Algunos fotógrafos también examinaron las dos imágenes y llegaron a la misma conclusión que Gardner, sin embargo, los laboratorios Kodak se negaron a autentificarlas alegando que había muchas formas de falsificarlas.
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Frances and the Leaping Fairy |
El caso se complicó cuando Sir Arthur Conan Doyle, el afamado autor de las aventuras de Sherlock Holmes, se implicó en el asunto. En el verano de 1920, el escritor estaba inmerso en la elaboración de un artículo sobre las hadas como tema navideño para la revista Strand Magazine cuando oyó hablar de las fotografías e, inmediatamente, se puso en contacto con Edward Gardner.
Conan Doyle envió las instantáneas a un investigador psíquico y a una eminencia en hadas quienes las consideraron falsas. No obstante, el escritor y Gardner decidieron que si las primas tomaban más fotografías el asunto sería completamente incuestionable. Por lo que dejaron dos cámaras a las jóvenes.
Mientras tanto, se había publicado un artículo en el Strand con las dos primeras fotografías. La edición se agotó en muy pocos días y pronto aparecieron defensores y detractores.
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Fairy Offering Posy of Harebells to Elsie |
Con las cámaras nuevas, Elsie y Frances obtuvieron tres imágenes más. Gardner y Conan Doyle las creyeron auténticas. Y, en 1921, el padre de Sherlock Holmes publicó otro artículo en el Strand con las nuevas imágenes y basó su libro La llegada de las Hadas en esta historia.
Durante largo tiempo, creyentes y escépticos hicieron correr ríos de tinta. Pero, en 1978, se encontraron algunos dibujos parecidos a las hadas de Cottingley en el libro Princess Mary’s Gift Book publicado en 1917 e ilustrado por Claude A. Shepperson.
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Elsie y el gnomo |
Finalmente, más de sesenta años después, las primas confesaron que las fotografías eran falsas en una entrevista en 1981. Declararon que se trataba de recortes de papel sujetos con alfileres de sombrero y que se habían sentido demasiado avergonzadas para confesarlo después de haber engañado al famoso Sir Arthur Conan Doyle. Sin embargo, Frances continuó manteniendo hasta su muerte que habían visto hadas y que la última fotografía era auténtica.